The Last Guardian – Reseña

The Last Guardian se ha ganado una curiosa reputación. No solo porque es el tercer juego del diseñador japonés Fumito Ueda, sino porque su fecha de lanzamiento fue aplazada tantas veces que algunos jugadores temieron que nunca vería la luz del día. Afortunadamente, en E3 2015 el juego resurgió con una fecha tentativa de estreno ubicada en la segunda mitad del siguiente año.

Aunque el juego fue retrasado unos cuantos meses, finalmente se estrenó el pasado 6 de diciembre como una exclusiva para PlayStation 4. Por supuesto, todos deben de estar haciéndose la misma pregunta: ¿valió la pena la espera de casi una década? Tan solo digamos que The Last Guardian tiene varias cosas buenas y algunas malas.

[Historia] Un bello relato sobre un chico y un monstruo

El título nos pone en los zapatos de un chico que despierta en lo más profundo de unas ruinas junto a Trico, una criatura emplumada parecida a un grifo. Tras liberarla, ambos unen fuerzas e intentan escapar mientras evaden los peligros que habitan las ruinas. Al igual que los anteriores juegos de Ueda, la trama se da a conocer principalmente a partir de elementos puramente visuales.

No obstante, aunque el diálogo continúa siendo mínimo en The Last Guardian, es el primer juego del diseñador japonés que contiene un narrador que ocasionalmente aclara ciertos puntos de la trama. Por desgracia, en ocasiones logra romper la inmersión por lo redundante que puede ser con respecto a lo que está pasando en pantalla.

Por supuesto, el enfoque de The Last Guardian no es la historia como tal, sino la relación entre el joven y Trico. Si la trama no es el punto fuerte del juego, ¿entonces cómo se desarrolla la amistad entre los dos protagonistas? Es aquí donde entra en acción la jugabilidad.

[Jugabilidad] ¿En qué se basa la amistad?

En lo que respecta al chico, sus habilidades son parecidas a las de los protagonistas de ICO y Shadow of the Colossus. Puede saltar, colgarse de salientes, escalar,  jalar, empujar y agacharse, pero habrá ocasiones en las que esto no será suficiente. Afortunadamente, puede darle órdenes a Trico para ayudarle a llegar a ciertos lugares inalcanzables y luchar contra enemigos. La simbiosis entre los dos personajes es uno de los recursos utilizados para construir su relación y hacerla más realista.

Por supuesto, esto reduciría a Trico a una plataforma andante si no fuera por su inteligencia artificial, la cual hace que se comporte tal como lo haría un perro. Si bien cumplirá con cualquier orden que esté dentro de sus capacidades, la criatura es bastante autónoma. No solo buscará soluciones a rompecabezas, sino que interactuará con elementos del entorno que podrán o no ayudar en la aventura. Igualmente, la criatura emplumada suele buscar afecto y ocasionalmente llorará si se le deja sola. Aunque es opcional, el protagonista podrá consentirla de diversas maneras para calmarla.

[Gráficas & Sonido] Un espectáculo casi perfecto

La precisa iluminación en los variados escenarios, el tamaño de las ruinas y la reacción del plumaje de Trico ante diferentes factores son algunos detalles que convierten a The Last Guardian en uno de los títulos mejor presentados de la consola de Sony. Aunque en muy contadas ocasiones se hace evidente que comenzó como un juego de PlayStation 3, el framerate de 60 fps constantes ayuda a que la aventura no se sienta tediosa. En cuanto a la banda sonora, compuesta por Takeshi Furukawa, no es tan memorable como la de Shadow of the Colossus, pero cumple su propósito ambientanto las escenas más tensionantes del juego.

Desgraciadamente, hay un pequeño problema relacionado con la interfaz que resalta a lo largo de todo el título. Pequeños tutoriales para realizar las acciones más básicas aparecen incluso después de la segunda mitad del juego y eso, por supuesto, contribuye a romper la inmersión.