No podemos reseñar un Dragon Quest sin recordar a las personas que están involucradas en el juego desde su concepción en 1986. Uno de estos icónicos personajes en la industria es Yuji Horii, diseñador y creador de la franquicia, que sigue en su rol para esta onceava entrega. El otro gran personaje detrás de esta franquicia es el mangaka Akira Toriyama, padre de Dragon Ball y encargado de plasmar su particular estilo de dibujo a lo largo de todos los títulos de la franquicia. Por último tenemos a Koichi Sugiyama, uno de los más importantes compositores de música de videojuegos junto a Nobuo Uematsu, Koji Kondo y Akira Yamaoka.
Con todo esto en mente, podemos adentrarnos en el juego y ver qué tiene preparado para nosotros.
[Jugabilidad] Un juego que no arriesga
En cuanto a jugabilidad, Dragon Quest XI sigue fiel a sus orígenes. Esto se debe a que no se ve influenciado por los cambios naturales que el género está experimentando. Lo anterior no es para nada malo, ya que su sistema de combate —por turnos— es muy sencillo. Además, al no ser modificado de forma drástica, los desarrolladores pueden pulir o añadir elementos al juego. Estas adiciones se ven en el combate con el modo concentración, el cual permite que uno de nuestros personajes se concentre para que pueda obtener una técnica especial. Esta puede ser usada para atacar al enemigo o apoyar a nuestro grupo, dependiendo del personaje.
Los demás aspectos jugables son igual de tradicionales que el combate. Esto se debe a que deberemos ir explorando el mapa según vayamos avanzando en la historia. Todo esto mientras obtenemos experiencia gracias a combates o realizando misiones secundarias para los personajes del juego. Esta experiencia la podremos gastar en el árbol de habilidades y de esta forma conseguir nuevas técnicas y mejoras en los atributos de nuestros personajes.
Un detalle adicional de la onceava entrega de Dragon Quest es que ya no tendremos combates aleatorios, con excepción de los momentos en los que estemos en un barco. Esto debido a que Erdrea, el mundo en el que se desarrolla la historia, está lleno de vida. Durante nuestros viajes podremos ver a los diferentes monstruos interactuar con el entorno y será nuestra decisión atacarlos. Por supuesto, esto no significa que ellos no puedan tomar la iniciativa. Por último, cabe destacar que en la versión del juego para occidente está habilitada la opción de correr. Esto hace aún más fácil el desplazamiento sobre el mundo del juego.
[Gráficos] Un gran ambiente para el viaje de nuestro héroe
Dragon Quest XI no es un juego con unos gráficos ambiciosos, pero Square Enix ha logrado un gran trabajo. Esto se ve reflejado en los detalles que tienen los personajes, locaciones y enemigos del juego. Además, las secuencias de video son realizadas con el motor gráfico en tiempo real. Esto sin restar espectacularidad a las animaciones. Todo esto es gracias al increíble trabajo de Akira Toriyama, el cual se ve plasmado en sus diseños.
[Música] Un elemento clave dentro de esta franquicia
Koichi Sugiyama es el creador de la música para todos los juegos principales de la serie. Este compositor es el más longevo en la industria de los videojuegos, certificado por los récord Guinness. Además, ha hecho arreglos orquestales para todos los juegos de la franquicia. Esto en el pasado era normal debido a las limitaciones técnicas de las consolas —NES, SNES, PlayStation—, las cuales tenían que optar por sonidos generados por computadora (MIDI). En las demás generaciones, algunos lanzamientos —como en el caso de la octava parte— en Japón tenían la música generada por computadora. Sin embargo, para la versión internacional la música sí era orquestada.
No obstante, Dragon Quest XI Echoes of an Elusive Age fue lanzado con la música generada por computadora. El arreglo orquestal se incluye en un CD con la edición de colección. Lo anterior es sin duda un lunar para el juego. Esto debido a que la música, al ser hecha por computadora, pierde potencia en algunos momentos claves. Además, muchas de las canciones que se usan son “reediciones” de antiguas melodías de la franquicia. Esto puede llegar a ser entendible debido a la edad de Sugiyama.
Conclusión
Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age es el juego que cierra un ciclo de 30 años en la franquicia. Esto sin dejar de ser entretenido para los nuevos jugadores. Además, este título es uno de los más importantes para los conocedores de la saga. Esto es gracias a su fantástica historia, gran manejo de personajes y magnífica dirección de arte. Todo esto hace de este un juego imprescindible para los amantes de los JRPG. Sin embargo, flaquea un poco en lo que respecta al apartado musical.