Es probable que hayas encendido tu Xbox One y te hayas quedado mirando una pantalla negra que no iba hacia ningún lado. No solo eras tú, también miles de usuarios en el mundo entero que tuvieron un fallo que estuvo impactando al sistema en sí. Los traumas que dejaron las infames tres luces rojas de la generación pasada habían vuelto.
Todo comenzó con una caída del servicio Xbox Live que mantuvo a los usuarios sin poder acceder a sus usuarios sin importar desde que punto se estuvieran conectando. Luego, las consolas comenzaron a mostrar mensajes que decían que había problemas con el registro a Xbox Live. Al cerrar el mensaje la pantalla se quedaba en negro, sin acceso al menú principal o a las opciones de la consola.
Microsoft fue eficaz al localizar la fuente del problema y resolvió el inconveniente rápidamente. Las consolas poco a poco volvieron a la normalidad. Brad Rossetti informó que un cambio en el sistema fue el responsable de este apagón que a más de uno dejó con un mini infarto.
Tal vez sea una advertencia para los ingenieros de la compañía para tener contramedidas en caso de un apagón total en la red. Mucho más si quieren incursionar en tecnologías en la nube.
Vía: Gamespot