El pasado fin de semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha adoptado una revisión a la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11) y por primera vez incluirá los “desórdenes de videojuegos”, los cuales se consideran un desorden de conducta adictiva.
Estos desórdenes estarán listados bajo la categoría de “desórdenes de juego” y usará el lenguaje relacionado con esta nueva enfermedad palabra por palabra. Los desórdenes de juego, o ludopatías, fueron introducidos en la versión del ICD-10, que se ratificó en 1990 por la OMS.
La Clasificación Internacional de Enfermedades es un sistema que tiene propósitos para investigación epidemiológica, manejo en el cuidado de la salud y tratamientos. El índice tiene un capítulo especial dedicado a las enfermedades mentales, en la cual, estos desórdenes hacen parte.
Entre los síntomas que describen el desorden se encuentra “el control impedido sobre el juego”, “incremento de la prioridad dada al juego que toma precedencia sobre otras actividades esenciales e intereses” y “la continuidad o escalado del juego a pesar de la ocurrencia de las consecuencias negativas”.
Varios especialistas en el tema estuvieron en contra de esta decisión, ya que esta noción reforzaría los miedos de los padres en estar convencidos de que sus hijos sufren alguna enfermedad por jugar excesivamente videojuegos. Así mismo, la Asociación de Software para Entretenimiento (ESA) expresó su rechazo hacia esta propuesta porque trivializaría otras enfermedades mentales como la ansiedad y la depresión.
El ICD-11 entrará en rigor a partir del 2022.