RAD – Reseña

RAD

Double Fine Productions se ha aliado con Bandai Namco para traer una experiencia ‘roguelike’ apocalíptica inspirada en la estética de los años 80 bajo el nombre de RAD. Dirigido por Lee Petty, conocido por liderar la producción de otro singular juego de Double Fine, Headlander, el juego se soporta por medio de producción aleatoria en sus mapas y poderes especiales. ¿Tendrá RAD la suficiente rudeza para recorrer el yermo? Esta es nuestra reseña de la Tribu.

[Historia] La juventud siempre será el mejor sacrificio

Al comenzar RAD, una narradora nos dará un pequeño resumen de lo que ha pasado con el mundo. Al principio, los antiguos desataron un primer apocalipsis sobre la tierra dejándola devastada. Luego de las guerras generadas por los MX y los caídos, una raza extraterrestre llamada los Reparadores, hizo lo posible por restaurar la naturaleza con su maquinaria. Pero las cosas empeoraron y causaron un segundo fin del mundo.

Ahora, los sobrevivientes permanecen en asentamientos con lo poco que pueden ofrecer las máquinas de los Reparadores. Para darle más energía a las máquinas, los ancianos Reparadores descubrieron que los jóvenes pueden soportar grandes cantidades de toxinas RAD en sus cuerpos y los han elegido para que puedan rehacerse y exploren el Barbecho en busca de más fuentes de energía.

Cada joven explora las tierras con un bate de tecnología de Reparador y regresará al asentamiento si muere para que otro tome su lugar.

La narradora está presente durante el recorrido en el Barbecho describiendo lo que le ha pasado a la fauna, flora y los asentamientos externos. Todo ambientado fuertemente en los años 80. Adicionalmente, el jugador tiene a su disposición un libro de los antiguos en donde podrá obtener más información a medida que va avanzando.

[Jugabilidad] Cada aventura es una ruleta

Al ser un juego estilo ‘roguelike’, todo es aleatorio y todo tiene una sola vida. Los mapas y las habilidades especiales son generados de manera automática. Se puede elegir entre un surtido de personajes influenciados por estereotipos americanos de los 80, aunque esto actúa más como un componente cosmético. Para ganar mutaciones, los jugadores deberán matar criaturas repartidas por todo el Barbecho. De la misma forma, estos poderes son aleatorios y se dividen en exomutaciones y endomutaciones.

Las exomutaciones funcionan con las habilidades principales del personaje y vienen en multiples formas como disparar fuego, control mental, alas para deslizarse en el aire e incluso parásitos amistosos que ayudarán con el control de multitudes. Las endomutaciones son habiliades pasivas que reforzarán la condición del jugador.

La moneda que se maneja en RAD son cintas de audio que pueden ser encontrados en cajas, baúles de autos o en enemigos grandes. Existe la posibilidad de depositar las cintas en un banco por si un personaje llega a morir y el siguiente sacrificio pueda disponer de ellos.

Aunque la estructura de los mapas cambie con cada partida, los objetivos son los mismos: recorrer el Barbecho en busca de llaves calavera que abran la puerta principal al siguiente nivel. A medida que se va avanzando, se van formando nuevos obstáculos para llegar a estas llaves.

Al finalizar la partida, ya sea completando los niveles o muriendo de forma súbita, el progreso se medirá por experiencia y desbloqueará más objetos, mutaciones y personajes para impulsar la rejugabilidad. Esto reduce un poco las posibilidades de tener una mala mano en cada juego.

[Gráficas y sonido] Toda una onda ochentera, hasta en sus defectos

El diseño que maneja Double Fine para sus personajes siempre es interesante. Jovencitos inspirados en películas y moda de los 80 que van adquiriendo nuevas mutaciones, llámese una pierna de madera, tentáculos y cabezas gigantes. La música está compuesta de ritmos ‘Synthwave’ y cambia de acuerdo a la atmósfera del nivel. Muy adecuados para el tono del juego.

Sin embargo, una de las enormes fallas que tiene RAD es su inestabilidad. En una situación crítica en donde haya muchos enemigos, proyectiles y lluvia, se ralentiza drásticamente el desempeño del juego. Una de nuestras partidas llegó abruptamente a su fin porque no pudimos esquivar un rayo debido a un congelamiento repentino de la pantalla.

Otra de las cosas molestas del título es la narración de cada uno de los artículos del menú. Era curioso al principio, pero luego de una sesión de 4 horas de juego se vuelve desesperante.

[Modos de juego] Uno contra el mundo

Aparte del modo principal, RAD ofrece desafíos diarios que agregan un poco de sabor a la partida. Dependiendo de la ocasión, se agregarán ventajas y desventajas al comenzar bajo una carrera contrarreloj. No obstante, la estructura del mapa sí permanece igual para el reto. Al finalizar, el puntaje será subido a una tabla clasificatoria para comparar con todos los jugadores del mundo.

Conclusiones

RAD se presenta como una propuesta interesante en el género ‘roguelike’ con un amplio surtido de mutaciones para adaptar en cada partida. Las gráficas y el sonido encarnan muy bien el espíritu de los años 80 con una historia bien establecida. Sin embargo, todos los intentos de guardarle afecto al juego se ven torpedeados por un pésimo desempeño en los momentos más intensos y un menú que nunca se termina de callar.

Por lo menos, hasta que el asunto de estabilidad sea revisado en un parche más adelante, a RAD le hará falta ese componente para que sea radical.