Tom Clancy’s Ghost Recon: Breakpoint – Reseña

Breakpoint

Luego de la favorable aceptación que tuvo Ghost Recon: Wildlands, Ubisoft continúa la saga de Nomad y del escuadrón Ghost con Breakpoint. El desarrollador integra elementos de otras franquicias como The Division y Assassin’s Creed para traer un componente de juego de rol al tradicional título de combate táctico.

Pero, ¿esta nueva propuesta funcionará adecuadamente o hará que los jugadores regresen a Bolivia? Aquí está nuestra reseña.

[Historia] Simpatía por el diablo

Ghost Recon: Wildlands finalizó su ciclo con una última misión para extraer a un importante ingeniero de Skell Technology, la compañía que provee de dispositivos de uso militar a grupos del universo de Tom Clancy como Third Echelon, Rainbow y a los mismos Ghost. En esta misión, Nomad se reúne con el Mayor Cole D. Walker, un Ghost veterano que se encarga de dicha extracción.

Cuatro años después, el escuadrón dirigido por Nomad es derribado al contestar un llamado de auxilio en Auroa, una isla propiedad de Skell Technology y de su fundador, Jace Skell. Al salir malherido del helicóptero derribado, Nomad ve como miembros de su unidad son eliminados por un grupo mercenario conocido como los Wolves, dirigidos por una cara familiar: Walker.

El trabajo de Jon Bernthal como el antiguo Ghost es bastante destacable en el juego. Cada momento que aparece en escena, la trama se hace interesante e intriga al jugador a saber más de la traición de este compañero en armas. En general, la historia hace un papel decente en informar a los jugadores de todo lo que sucede en la isla de Auroa en los distintos bandos que luchan por el control de los drones de Skell, los cuales son clave en el control de la isla.

[Jugabilidad] Un contrato faustiano

Ubisoft quiso aprovechar al máximo sus recursos en juegos de mundo abierto y decidió integrar elementos de otras franquicias en su propiedad, a cambio, el sacrificio fue perder gran parte del componente táctico y realista que identificaba a Ghost Recon en sí. El modo de exploración que debutó en Assassin’s Creed Odyssey le da profundidad al componente de reconocimiento de terreno cuando hay que salir a recorrer los diversos biomas de Auroa.

No obstante, hay un elemento que no tiene un propósito claro y es el nivel de equipamiento. Esta característica perteneciente a la serie The Division sirve originalmente para elevar gradualmente el rango de rareza de las armas y la dificultad de algunas bases del enemigo. Pero en Breakpoint no tiene mucho sentido tener armas raras cuando puedes eliminar de un solo disparo en la cabeza a un soldado, y eso incluye a los de élite. El nivel tiene un verdadero significado al momento de invadir las bases Behemoth, donde el poder de fuego sí es necesario para eliminar a los drones.

El comienzo de Breakpoint es lento y frustrante. Al tener la única base de operaciones dentro de una montaña, hay que hacer el penoso ritual de salir de la base y tomar un transporte hasta el punto de misión. Algo que puede remediarse al montar en un helicóptero y dirigirse a los múltiples puntos vivac repartidos en la isla siguiendo las señales de humo.

La mayoría de las armas pueden obtenerse aleatoriamente en la tienda de María, pero se pueden obtener planos para otras armas y accesorios en las bases de los enemigos. Nomad también puede crear jeringuillas de sanación y explosivos por medio de plantas y piezas metálicas que dejan los drones.

Por supuesto, la experiencia no podría empeorar gracias al sistema depredador de microtransacciones que Breakpoint ha implementado. Al momento de escribir esta reseña, el desarrollador quitó temporalmente algunas cosas para comprar con dinero real como paquetes de experiencia y puntos de habilidad necesarios para desbloquear pericias, pero dejó el indicio de que eventualmente estarían de regreso.

[Gráficas y Sonido] Cuestiones de costumbre

Los problemas de Ubisoft para optimizar texturas y gráficas a la distancia continúa siendo un inconveniente que al parecer al desarrollador ya no le interesa tocar. Luego de cada carga, el mundo gradualmente comienza a formarse. Primero las montañas, luego los bosques y por último los vehículos y las armas. Hay momentos en los que Nomad pareciera estar pilotando el avión invisible de la Mujer Maravilla.

Curiosamente, el audio parece sufrir de los mismos problemas. Las conversaciones se cortan y vuelven a reproducirse como si fuera un disco rayado. Una de las cosas que encontramos molestas es que Ubisoft haya dejado el paquete de audio en español latino para descargar aparte. Lo peor es que hayamos descargado dicho paquete y el juego no lo identifique correctamente. Hablamos con Ubisoft por medio de Twitter y nos informaron que estaban trabajando en la solución.

[Modos de juego] En la ciudad de los Nomad

Aunque Ghost Recon: Breakpoint puede completarse perfectamente en solitario, no es la más grata de las experiencias. No es para nada divertido ser descubierto infiltrándose en una base y que medio Sentinel esté detrás de ti. Para esas ocasiones, la mejor opción podría ser recurrir a una partida cooperativa, pero aun así, es muy difícil coordinar con un equipo de desconocidos una infiltración perfecta. Menos con un descerebrado que se vaya de frente a matar soldados.

La única alternativa viable es hacer las misiones con amigos de confianza y que tengan el mismo sentido táctico que tú. También podrían estarse preparando para las próximas incursiones que Ubisoft tiene planeadas en el futuro.

Tal vez el mejor momento en donde se pone a prueba la habilidad táctica de cada persona es en el modo Ghost War. Estos enfrentamientos jugador vs jugador se manejan distinto a una partida clásica multijugador, ya que se requiere una aproximación estratégica al mapa para eliminar a los oponentes. Sin embargo, las partidas pueden alargarse más de lo debido dependiendo de la intensidad.

Conclusiones

Ghost Recon: Breakpoint resulta ser un decepcionante desacierto en la fórmula de Ubisoft para juegos de mundo abierto. Al integrar elementos de juegos de rol, la identidad del juego se ha perdido por completo y ha resultado en un entorpecido juego de acción que, para ser honestos, hay que adquirirle el gusto.

Fallas como las tardanzas en las cargas gráficas y los paquetes de audio latino por separado dan muestra de un producto que fue lanzado con afán, sabiendo que eso les daría tiempo para corregir los errores en la marcha. Algo que no encaja muy bien en un modelo de juego por servicio que ya se encuentra plagado de microtransacciones.

Los fans acérrimos de la franquicia verán este juego irreconocible y preferirán quedarse en Bolivia, o en los campos de batalla de Future Soldier.