Trilogía Hitman: Mundo del asesinato — Reseña

En 2016, la franquicia Hitman no se encontraba en una buena posición. Unos años antes, Hitman: Absolution tuvo un recibimiento mediocre y la película Hitman: Agente 47 fue una decepción en críticas y taquilla. Muchos llegaron a creer que había llegado el final para el asesino calvo y con un código de barras en la nuca.

Para sorpresa de todos, no fue así. Ese año, el estudio danés IO Interactive nos sorprendió con un ‘reinicio suave’ de la saga simplemente titulado Hitman. Aunque su confuso modelo de lanzamiento por capítulos hizo que el público se demorara en apreciarlo, los buenos comentarios viajaron de boca en boca hasta que finalmente recibió el amor que merecía.

Pero ese fue solo el comienzo. Hitman es solo la primera parte de una fantástica trilogía. Su última parte, Hitman III, llegó a comienzos de 2021. Ahora tenemos una visión global de una aventura que, sin exagerar, nos ofreció una de las mejores experiencias que hemos tenido con los videojuegos.

¿Cómo se juega la trilogía de Hitman?

Para sorpresa de nadie, en la trilogía del ‘Mundo del asesinato’ de Hitman controlamos a un asesino profesional: el infame Agente 47. Pero tener a un personaje que tiene como profesión acabar con la vida de los demás no significa que estos sean juegos de disparos y acción intensa. Pueden serlo si lo deseamos, pero la verdadera genialidad de las obras de IO Interactive sale a relucir cuando tomamos una aproximación más lenta y estratégica.

En esencia, estos son juegos de sigilo. Aunque podemos andar agachados y ocultarnos tras los muros como si de un Metal Gear se tratara, el enfoque está en el llamado ‘sigilo social’. Si necesitamos entrar en la cocina de un hotel para envenenar la cena de nuestro objetivo, ¿no es mejor disfrazarnos de cocinero y pasar como Pedro por su casa en lugar de tratar de hacerlo a escondidas? El traje hace al hombre y Hitman se toma este dicho a conciencia. No se imaginan las posibilidades que se abren cuando lucimos cómo el mecánico del auto que va a conducir la persona que tenemos que matar.

El sistema de sigilo social es muy divertido. Sin embargo, esto no sería nada si no estuviera complementado con las cientos de herramientas que tenemos para hacer nuestro trabajo. Podemos confiar en una nutrida selección de armas de fuego que van desde recatadas pistolas con silenciador hasta rifles de francotirador y ametralladoras de alta potencia. Pero también podemos usar toda clase de venenos, explosivos, cables y elementos distractores. El escenario también está lleno de elementos que podemos aprovechar. Nadie sospechará de nosotros si hacemos que una enorme lámpara caiga sobre el objetivo, dejamos descubierto un cable que hará que se electrocuté o hacemos que resbale para que caiga de un décimo piso. Seguro fueron simples accidentes.

Todos los niveles de cada uno de los juegos están llenos de posibilidades para dar rienda suelta a nuestra creatividad y cometer el crimen perfecto… o más divertido posible. Cada nivel tiene diferentes ‘historias’ que podemos seguir para cumplir la misión. Incluso podemos activar ayudas que nos guían paso a paso. Pero resulta mucho más satisfactorio y emocionante descubrir nosotros mismos cómo cumplirlas o dar una mirada a los múltiples desafíos que propone Hitman. Si uno de estos nos dice, por ejemplo, que debemos hacer que un objetivo sea aplastado por una estatua, tenemos que descubrir cómo manipular su rutina y el escenario para lograr el objetivo.

Un juego infinito

Cuando terminamos una misión en cualquiera de los tres juegos de Hitman, es imposible no querer volver a comenzar para descubrir qué otras opciones nos ofrece para eliminar a los objetivos o qué nuevas zonas y subtramas ocultas podemos encontrar. Resulta increíblemente satisfactorio “aprendernos” todas las entradas, salidas y ‘trucos’ de cada nivel y dominarlo por completo. Pero eso no es todo. A medida que los jugamos una y otra vez ganamos niveles de maestría que desbloquean nuevas herramientas, zonas de inicio y posibilidades.

Por si fuera poco, cada nivel nos ofrece múltiples misiones de escalamiento. Estas nos piden acabar con objetivos específicos con restricciones cada vez más complejas que van a poner a prueba nuestra habilidad y capacidad para crear planes. Las cosas no acaban ahí. Gracias al Modo Contratos, que permite a la comunidad crear sus propias misiones como si de un ‘Hitman Maker’ se tratara, estamos ante un juego que puede ser literalmente infinito.

¡Esperen! ¡Hay más! IO Interactive le ha dado un apoyo increíble a Hitman III después de su lanzamiento, agregando nuevas misiones, resaltando las creaciones de la comunidad en el Modo Contratos y ofreciendo nuevos ‘objetivos elusivos’ (misiones que solo podemos intentar una vez y desaparecen para siempre).

Una vez nos adentramos en el ‘mundo del asesinato’ de la trilogía Hitman, es realmente difícil escapar. Son juegos atrapantes.

Tres en uno

¿Por qué estamos hablando de toda la trilogía en lugar de sólo la entrega más reciente? Porque tanto Hitman como Hitman 2 se pueden jugar “dentro” de Hitman III. Más que un juego, este es una plataforma para todo el contenido de la trilogía, incluyendo DLC y misiones especiales. Si tienen Hitman III o su versión gratuita, pueden adquirir todos los escenarios, misiones y demás elementos de los dos juegos anteriores. Si ya los tienen, pueden “migrar” los niveles al nuevo juego sin costo extra (el proceso es un poco dispendioso, pero funciona). De hecho, todo el progreso que lleven en Hitman 2 será respetado.

Hablando de Hitman 2, los modos de juego especiales de esa entrega —como el divertido ‘Asesino Francotirador’— también se pueden jugar en Hitman III tras la migración de datos.

Recorriendo el mundo

Los niveles en la trilogía de Hitman están maravillosamente diseñados y ofrecen una enorme cantidad de posibilidades jugables. Inicialmente parecen intrincados laberintos, pero tras recorrerlos unas pocas veces se sienten totalmente naturales. La razón es que resultan sorprendentemente realistas. Desde un museo en París en el que se desarrolla un desfile de modas hasta un hospital de alta tecnología en Japón y una fiesta rave en las afueras de Berlín, estos niveles están llenos de detalles que nos hacen sentir como verdaderos turistas o como un agente secreto cumpliento misiones en todo el mundo (no en vano confiaron en IOI para desarrollar el próximo juego de James Bond).

¡Incluso podemos visitar lugares de Latinoamérica como un viñedo en Argentina y un pueblo en la selva de Colombia!

¿¡La trilogía Hitman tiene historia!?

La jugabilidad es la estrella de Hitman. En nuestro afán por disfrutar de los niveles podemos ignorar por completo la historia que los rodea. De hecho, es posible disfrutar de cada escenario por su propia trama autocontenida.

Pero Hitman sí tiene una trama. En el primer juego, parece una historia típica de una película de acción lanzada directamente a DVD: un asesino descubre que la persona que lo contrató tiene grandes secretos y trata de descubrir cuál es su verdadero objetivo. No parece la gran cosa y la inclusión de sociedades secretas que “controlan el mundo desde las sombras” es un cliché que no parece agregar mucho.

Pero ahora, disfrutando la trilogía completa, podemos descubrir que la trama sí tiene sentido y —aunque no se trata de una gran épica— ofrece buen desarrollo de personajes con sorpresas intrigantes. No va a ganar ningún premio por narrativa, pero es más que disfrutable.

Más interesante resultan ciertos elementos y vínculos que descubrimos entre los niveles. Si ponemos atención a los diálogos podemos descubrir referencias a otros niveles que resultan bastante divertidas y hay bastantes “pistas” tanto sobre el trasfondo de los objetivos como de las formas en que podemos eliminarlos. Incluso hay un nivel en que podemos poner nuestras habilidades detectivescas a prueba y resolver el misterio de un asesinato como si de una novela de Agatha Christie se tratara. Lo gracioso es que es algo completamente opcional.

Pero lo mejor es descubrir que nuestros objetivos (al menos la gran mayoría de ellos) ciertamente merecen su destino. La trilogía Hitman se puede interpretar como una venganza contra el 1%. Privilegiados que han logrado su poder, fama y fortuna abusando de los demás. Tenemos que matar a los típicos mafiosos y narcotraficantes, pero en nuestra lista de objetivos también tenemos magnates que han manipulado el sistema a su favor, banqueros que han robado a los más necesitados y políticos corruptos.

Demasiado bueno para ser verdad

Aunque consideramos que los juegos de la trilogía Hitman son maravillosos, no están exentos de defectos. Uno de los principales es el requerimiento de una conexión a Internet. Aunque esto no necesariamente es un problema para la mayoría, una caída en el servicio puede arruinar nuestro progreso y limita bastante lo que podemos hacer cuando no hay conexión a los servidores. Esto también nos preocupa bastante a futuro, pues no sabemos cuál será el estado de estos juegos cuando inevitablemente apaguen sus servidores.

Aunque el juego tiene algunos ‘bugs’ y problemas técnicos, no son muy comunes. La mayoría de problemas que podíamos encontrar en las dos primeras partes están corregidos al jugar sus niveles en Hitman III. Además, agrega una buena cantidad de mejoras de ‘calidad de vida’. 

Lo que sí puede ser un problema es la falta de claridad a la hora de completar ciertos desafíos o algunas historias si no activamos las guías. Podemos creer que hemos cumplido todos los requisitos para guiar nuestro objetivo hacia su muerte, pero no ocurre. En algunos casos pasa que nos saltamos algún paso poco obvio. Un buen ejemplo está en Marruecos, en el que tenemos que sacar a un guardia de una habitación para hacer algo en ella. El problema es que eliminarlo o noquearlo para luego esconderlo no sirve. Tenemos que vestirnos como un guardia de mayor rango y convencerlo de que abandone su posición. No hay muchas situaciones como esta, pero al encontrarlas sentimos que arruina la sensación de libertad y la promesa de dejarnos resolver las cosas usando nuestra creatividad.

También podemos criticar la forma en que algunos niveles tienen objetivos obligatorios que pueden resultar repetitivos a la larga, como encontrar todas las pistas en Whittleton Creek, descubrir la identidad de uno de los objetivos en India o hackear el servidor en China. Afortunadamente, no es necesario “llegar al final” de una misión para que los desafíos que completamos en ellas cuenten como cumplidos.

Otro elemento que algunos pueden considerar un defecto es que se apoya demasiado en feos estereotipos culturales a la hora de representar los países que visitamos. ¿En serio necesitábamos visitar una población pobre controlada por un narcotraficante al pasar por Colombia? En la mayoría de escenarios se trata de subvertir esto, pero sí resulta un poco molesto. Los más sensitivos también pueden quejarse de temas de apropiación cultural y glorificación de la violencia. No creemos que sea para tanto, pero tal vez sí valga la pena un debate al respecto.

En conclusión

No tenemos suficientes elogios para la trilogía de Hitman y de verdad esperamos haberlos convencido para probarlo. Si tienen dudas, pueden descargar la versión de prueba de Hitman III y descubrir ustedes mismos que decimos la verdad. Estos títulos cumplen la promesa de libertad de acción que tantos otros juegos han hecho, pero no pueden cumplir. Simplemente recorrer los niveles y descubrir sus secretos resulta enormemente satisfactorio, más aún cuando logramos cumplir nuestra misión con altas puntuaciones tras dominar por completo los escenarios. Este es un juego que podemos jugar por cientos de horas —tal vez miles— sin aburrirnos.