Demon’s Souls (2020) — Reseña

Hace 11 años, Demon’s Souls marcó el origen de la muy lucrativa y aclamada serie ‘Soulsborne’. Sin embargo, por lo menos en comparación con Dark Souls (2011), no muchos jugadores pudieron experimentar la génesis de esta franquicia. Esto se debe en buena medida a su exclusividad para PlayStation 3.  Y como suele ocurrir, el pasar de los años tan solo ha dificultado esta empresa.

Por fortuna, con el lanzamiento de PlayStation 5, Sony Interactive Entertainment ha abierto una nueva opción para aquellos que no hayan jugado el título que lo comenzó todo. Producto del trabajo colaborativo de Bluepoint Games y SIE Japan Studio, el ‘remake’ de Demon’s Souls es una de las exclusivas más atractivas de PlayStation 5, una impresionante demostración del poder de la consola de novena generación y la mejor forma de experimentar el juego de culto de 2009.

Una nueva capa de pintura que eleva la experiencia

Aunque Demon’s Souls y posteriores entregas de la serie ‘Soulsborne’ son infames por su dificultad, este ‘remake’ brilla sobre el juego original y otras entregas de la franquicia por su cuidada presentación gráfica. Más allá de recrear las locaciones del juego original por medio de la tecnología superior de PlayStation 5, Bluepoint Games ha potenciado su respectiva ambientación. Esto se debe en buena medida a los nuevos efectos visuales y de iluminación.

El diseño de sonido más elaborado y envolvente también contribuye a la ambientación de los niveles. Desafortunadamente, la banda sonora ha sido rehecha. Si bien el trabajo hecho por Shunsuke Kida no es malo, no resulta tan memorable como la música original que compuso.

Lo que se cambio y lo que se mantuvo

Si bien son mínimos, el ‘remake’ de Demon’s Souls introduce varios cambios. Mientras que algunos implican mejoras en la calidad de vida de los jugadores, tales como la posibilidad de enviar directamente objetos al almacenamiento y la adición de objetos que ofrecen resistencia contra dolencias, otros aumentan la dificultad. Entre estos destaca que las hierbas curativas ahora pesan. Por culpa de este cambio, la administración de inventario ahora es más importante que en el juego original. Los jugadores ahora tienen que escoger si cargar objetos curativos en exceso o múltiples piezas de equipamiento con efectos beneficiosos para tener acceso a diferentes ‘builds’.

A pesar de los cambios mencionados, la experiencia de juego se mantiene igual a la de 2009. Esto puede ser bueno o malo dependiendo de cómo se mire. Por un lado, el ‘remake’ de Demon’s Souls permite que una nueva generación de jugadores viva una aventura similar a la que experimentaron los que jugaron el título original. Incluso hoy en día, Demon’s Souls sigue siendo una experiencia única con respecto a otros ‘Soulsborne’. Este se debe al sistema de Tendencia.

¿Blanco o Negro? La decisión está en tus manos

Al comenzar su aventura, la Tendencia de los jugadores es neutral. Dependiendo de las acciones tomadas, tales como matar NPC y derrotar jefes, esta se puede inclinar hacia Blanco o Negro. ¿Por qué es importante? Además de que afecta la dificultad, los jugadores pueden conocer nuevos NPC, conseguir objetos únicos y acceder a subtramas especiales dependiendo de su Tendencia.

Un paseo por el parque

Por otro lado, Demon’s Souls es un título cuya dificultad no ha envejecido bien. Si bien varias de las mecánicas que estableció en 2009 se mantienen temporales, el juego original destaca en comparación a sus sucesores por lo sencillo que es. Esto no solo se debe a los patrones de ciertos enemigos y jefes, sino a la relevancia que tienen las debilidades elementales en los combates.

Aunque es entendible por qué Bluepoint Games decidió permanecer fiel, no hubiera estado de más que los jefes de Demon’s Souls tuvieran un nuevo as bajo la manga. Esto no solo tomaría por sorpresa a jugadores veteranos, sino que ofrecería un desafío a la altura de la franquicia.


Reseña hecha en PlayStation 5 con una copia física de Demon’s Souls brindada por Sony Interactive Entertainment.